El peso de buscar fuera de ti tu propia aprobación: Cómo empezar a reconocer tu valor
En este artículo trataré de hacerte ver cómo la necesidad de aprobación externa no te permite reconocer tus valores; y cómo hacer que esto cambie en tu forma de mirarte.
La mayoría de nosotros hemos sentido la necesidad de aprobación externa en algún momento de nuestra vida, lo cual, puede ser algo común y normalizado. Aunque, el peso de esa aprobación es mayor cuando es la única forma de conectar con nuestro valor y valía personal.
¿Cuál es el origen de la búsqueda de aprobación externa?
Centrándonos en este punto, vamos a viajar a nuestra etapa de la niñez y adolescencia: ¿qué es lo que ocurre en estas etapas de vida?
Durante la niñez, nos encontramos inmersos en la etapa donde la importancia de la aprobación externa es fundamental y necesaria ante la búsqueda de seguridad y refuerzo. Su sentido se encuentra en la búsqueda de dicho reconocimiento externo por parte de nuestras figuras de apego para guiarnos sobre lo que está bien o mal. Es decir, es nuestra forma de aprender a través de las respuestas de nuestros cuidadores primarios.
De manera similar ocurre en la etapa de la adolescencia ante la marcada deseabilidad social que es muy notoria en estas etapas de vida. Momento en el que comienzan a crearse los grupos de amistades y vamos definiéndonos en base a nuestros iguales; con el propósito de cubrir nuestra necesidad social de ser reconocidos y aceptados por nuestro grupo de referencia.
Necesidad de aprobación… ¿Adaptativa o desadaptativa?
Hemos de partir del hecho de que somos seres sociales; nuestra necesidad de aprobación es un proceso adaptativo natural y que nos permite desarrollar nuestra forma de interactuar socialmente, ahora bien, siempre y cuando sea saludable.
Tal y como hemos comentado antes, sentirnos aceptados y aprobados por las personas de nuestro entorno es un componente esencial que nos permite integrarnos y que hemos aprendido desde etapas tempranas.
Sin embargo, encontramos una línea muy fina entre lo que es la aprobación externa adaptativa y la aprobación externa destructiva.
Es decir, cuando el sentido de pertenecer a un grupo está basado en la búsqueda de “ser amado y aprobado por casi cada persona significativa de tu entorno”. Y nos hace que hagamos todo lo posible para agradar a los demás con el objetivo de cubrir la necesidad de que el resto me quiera, me apruebe y me acepte de todas formas.
Es por ello que, cuando dicha necesidad de aprobación se convierte en la búsqueda continua e imprescindible de aceptación y amor del otro, estamos ante una necesidad dañina y desadaptativa.
¿Qué ocurre cuando es desadaptativa?
Esto se traduce en no actuar realmente como uno es; configurando su vida en torno al resto, por miedo a ser juzgados por su forma de pensar, sentir u opinar. Por lo tanto, el bienestar emocional y la felicidad personal no depende de uno mismo, lo cual, acaba por generar una dependencia directa ante las opiniones y valoraciones de los otros.
Todo ello, convirtiéndose en un círculo vicioso reforzado por la obtención del refuerzo tan buscado y potenciando la capacidad camaleónica de la persona en búsqueda de satisfacer esa necesidad. Cada vez menos saciada de la validación externa.
Así pues, la cadena de aprobación externa genera una mayor inseguridad y una débil autoestima ya que, continuamente, tratamos de buscar la conformidad del otro en contra a lo que yo necesito. Lo que quiero hacer o decir con el objetivo de no fallar ni decepcionar al resto.
Situaciones clave que indican por qué necesito buscar siempre la aprobación de los demás:
- Dar valor a nuestros logros o éxitos. Cuando necesitamos continuamente el reconocimiento externo sobre nuestros éxitos para darles el valor que merecen.
- Dificultad para decir no. Miedo a decir ’’no’’ para que no se enfaden contigo. Buscar siempre el bien del otro y olvidarnos de nosotros mismos.
- Miedo a la crítica. Temor a ser juzgados o criticados cruelmente. Esto puede verse, sobre todo, en episodios sociales difíciles. Es decir, cuando te has desarrollado en un grupo de amigos en el que las críticas abundan y resultaba ser la forma de relacionarse.
- Necesidad de ‘’caer bien’’ a todo el mundo. Pensamos que sí anteponemos las necesidades de los demás a las propias vamos a complacer a quienes nos rodean.
- No atreverse a decir lo que realmente piensas. Mostrarse demasiado amable aunque no estés de acuerdo con la opinión del otro.
- Pensar continuamente en el qué dirán. Actuar de manera diferente a como realmente te gustaría por miedo a ser juzgados.
- Tu estado emocional depende de los otros. El estado anímico que tienes en cada momento y tus emociones varían en función de lo que los demás dicen o piensan.
¿Cómo gestionar la necesidad de la aprobación patológica?
A continuación, quiero nombrarte una serie de puntos que puedan ayudarte a gestionarlo:
- Acepta que no puedes gustarle a todo el mundo. Quizás parezca muy obvio aunque, el primero de los avances es tomar consciencia de ello. Cuando tratamos de caer bien siempre, estamos ocultando nuestros valores y nuestra forma de pensar por miedo a sentirnos rechazados.
- Aléjate de las críticas destructivas. Trata diferenciar las críticas constructivas de las destructivas. Escucha aquellas que son fructíferas y deshazte de las que son un intento de manipulación. Aléjate del ‘’que dirán’’. No es fácil pero sí necesario para tu felicidad.
- Practica la asertividad. No tengas miedo a decir ‘’no’’ y, si lo tienes, trata de calibrar tu miedo para hacerlo de la mano de él. Es primordial que puedas aprender a escuchar tus deseos para evitar hacer algo que realmente no te apetece por complacer al otro.
- Refuerza tu autoestima. Conocer, confiar y aceptar tu propia valía es imprescindible para que el camino sea más seguro. Si comienzas a aprender a creer en ti y a determinar tu valía, sabrás identificar la aceptación como algo adaptativo y no como una necesidad destructiva. Encontrarás el balance de sentirse seguro por ser quien eres.
- Toma tus propias decisiones. Busca opinión externa, puede ayudarte, sin dudarlo. Aunque, el objetivo es que la decisión final la tomes tú, bajo tu criterio y valoración personal. No importa el resultado, forma parte del proceso de aprendizaje. Lo realmente exitoso es que puedas decidir por ti.
- Conecta contigo. Aléjate de quien no vive ni deja vivir. Haz y vive tu mismo, a tu manera, solo tú eres dueño de tu propia vida.
Trata de poner el foco en tu interior
A modo resumen, para empezar a reconocer tu valor, trata de poner el foco en tu interior.
Abandona el esfuerzo de ser aprobado por el otro y saca intención para reconocer tu valía y tu reconocimiento personal.
Tal y como decía Ehsan Sehgal, “Lo que te hace feliz no necesita la aprobación de nadie más”.