¿Cómo gestionar la ansiedad?
Hablemos de cómo gestionar la ansiedad
En este artículo traemos un tema que, pese a ser ‘’común’’, cuesta diferenciar e identificar, la ANSIEDAD.
La ansiedad es una respuesta emocional que se da como defensa del organismo ante un estímulo o situación de amenaza que interpretamos como negativa o, como respuesta a una situación de estrés.
Estrés y ansiedad: ¿son lo mismo?
Actualmente y de manera errónea llamamos ‘’ansiedad’’ o ‘’estrés’’ a todo lo que nos provoca una respuesta desagradable…, pero: ¿en qué se diferencia?
El estrés puede producir una respuesta de ansiedad, que se trata de una respuesta emocional ocasionada por un agente estresante o estresor. Así pues, el estrés genera ansiedad pero las personas con ansiedad no necesariamente sufren estrés.
Gran parte de las personas han sufrido ansiedad en algún momento de su vida. Es importante saber que la respuesta emocional de la ansiedad puede estar desencadenada por un agente estresante, no tener una causa visible o ser desproporcionada y por tanto, convertirse en patológica.
Hoy en día, en nuestra sociedad, se comete el error de ver a la ansiedad como un ‘’bicho raro’’ que debe desaparecer. ¿Y si le das la vuelta y empiezas a familiarizarte con la ansiedad? La ansiedad no se elimina, es una respuesta del cuerpo. Se trata de una emoción natural del ser humano y, por tanto, está bien que esté ahí.
El problema real aparece cuando la ansiedad se desborda, dejando de ser una reacción de defensa y convirtiéndose en una situación amarga difícil de controlar.
En función del tipo de estímulo que desencadena la respuesta de ansiedad podemos distinguir: ansiedad situacional y ansiedad generalizada.
Ansiedad situacional vs. ansiedad generalizada
Hablamos de ansiedad situacional cuando la ansiedad aparece ante la presencia de un objeto, situación o actividad concreta desagradable, por ejemplo: un análisis de sangre.
Pese a no ser una ansiedad generalizada, es importante tratarla y trabajarla ya que podrá desencadenar en ansiedad fóbica: «como hacerme un análisis de sangre me causa ansiedad, lo evito y no me hago nunca«. Esto es evitación.
A diferencia de la ansiedad situacional, que es desencadenada por una situación en concreto, los trastornos de ansiedad generalizada se caracterizan por una ansiedad persistente en el tiempo ante una serie de acontecimientos y situaciones. Persiste, al menos, durante seis meses.
Se trata de un miedo irracional y desproporcionado: economía, relaciones interpersonales, situaciones laborales, familia y/o salud. Se presentan como ideas recurrentes y anticipatorias que no es capaz de evitar y le son difíciles de olvidar.
El aumento de psicofármacos como ansiolíticos es un tema que preocupa a los profesionales de la salud mental. Gran parte de la sociedad, con episodios de ansiedad, recurre a un ansiolítico. La gran pregunta ante esta situación es: ¿funcionan por sí solos?
Qué fácil sería, ¿no? Es cierto que un ansiolítico hace su función en un episodio de ansiedad aliviando el síntoma. Sin embargo, debemos saber que no hará que desaparezca, sólo estamos recurriendo a la solución fácil.
Con esto se quiere transmitir que un ansiolítico no funciona por sí solo; debe tomarse, si fuera necesario, combinado con terapia. Es un error acostumbrar al cuerpo a la solución rápida ya que puede generar adicción y, por tanto, más ansiedad.
¿Cómo gestionar la ansiedad?
- No permitas que la ansiedad sea protagonista en tu vida. Si aparece, escúchala y entiende por qué motivo se desencadena.
- Dedica tiempo diario al autocuidado.
- Céntrate en el presente. No prestes atención a pensamientos intrusivos que ni puedes controlar en este momento ni están a tu alcance.
- Planifica tus días dedicando tiempo cada noche a organizar, por escrito, el día siguiente. Esto te permitirá vivir con más calma, si guardas todo en tu cabeza se te van a escapar cosas, aparecerá el estrés y por tanto, la ansiedad.
- No anticipes acontecimientos ni prestes atención a lo que no depende de ti.
- Organiza una vida saludable, incluyendo deporte diario.
- Practica la respiración.
- Dedícale al descanso las horas que merece.
¡La ansiedad sí existe! Las emociones desagradables están presentes en nuestros días pero no tienen porqué ser malas. Prestales atención y escucharlas es importante. Es un error no aceptarlas por el simple hecho de ser desagradables.
Tenemos que educar y comunicar que las emociones son compañeras y que siempre van a estar ahí. Gestionar de manera diferente las emociones que son más desagradables es la clave para vivir con mayor tranquilidad.
‘’Nuestra ansiedad no proviene de pensar en el futuro, sino de querer controlarlo‘’ – Kahlil Gibran.