¿Has oído hablar alguna vez del síndrome de la niña buena?
Hoy, en nuestro artículo, tratamos el síndrome de la niña buena. ¿Cómo sería ser bueno pero no feliz?
El síndrome de la niña buena se ve principalmente en mujeres que dan más valor a las necesidades y peticiones externas que a las suyas propias. Se trata de personas que actúan siempre con comportamientos serviciales, intentando adaptarse en todo momento y de la mejor manera posible a las actitudes externas.
Psicólogas estadounidenses comenzaron a estudiar este tipo de conductas y le dieron el nombre ‘’nice girl syndrome’’, ya que decían que se asociaba principalmente a niñas complacientes, siempre correctas y alejadas del conflicto, niñas sobre adaptadas al medio.
¿Cuáles son las conductas más comunes?
Existen una serie de conductas comunes que describen a personas con síndrome de la niña buena. Estas son:
- Dificultad para decir ‘’no’’ o para anular planes.
- Valorar más las necesidades de otros e inhibir las propias.
- Evitar comentarios negativos.
- Dificultad a la hora de tomar decisiones.
- Baja autoestima.
- Anteponer el deber al deseo.
- Dificultad para poner límites.
- No muestran ira ni enfado.
¿Te has preguntado qué emociones y sentimientos hay detrás?
Nos encontramos con la culpa, que tiene que ver con la total dedicación a los demás, siendo una emoción que aparece en el momento en el que buscan espacio para sí mismas. En situaciones en las que la persona empieza a preguntarse qué ha hecho mal, aparece el sentimiento de frustración y la ansiedad, consecuencia de actuar acorde a lo que la otra persona necesita, olvidándose de lo que realmente, uno mismo, desea hacer.
Estas emociones y sentimientos hacen que el síndrome de la niña buena sea complejo, especialmente si se ha establecido desde la infancia, pues un estudio muestra que el sesgo de género empieza en la niñez. Las niñas son guiadas para que su comportamiento sea bueno desde la infancia, se concentren y sobresalgan.
¿Cómo te sientes cuando vives y tomas decisiones basándose única y exclusivamente en los demás?
A continuación, te proponemos una serie de ejercicios y estrategias para conseguir salir de esta dinámica:
- Autocuidado.
- Realiza actividades que te gusten y toma la iniciativa.
- Pon límites a los demás y potencia tu autoestima, no importa si no agradas a todo el mundo, no es necesario.
- No trates de llegar a todo para complacer a los demás, satisfacer a los demás no es tu meta.
- Quiérete, te lo mereces.
- Di lo que sientes y cambia la frase ‘’qué pensarán’’. No te ahogues con lo de fuera.
- Empieza a decir ‘’no’’ a planes que no te encajen.
Ser una buena persona es algo positivo, pero no puedes hacerlo forzosamente y olvidándote de ti. Trata de ser bueno y feliz, ten tu propia forma de ser, no te inhibas y actúa persiguiendo tus deseos.
